El POLICIA


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  El Policía    

Debe ser el mas respetable de los ciudadano


Respeto por las normas que rigen la convivencia social.


   Sin intención de caer en diatribas  que nacen por razones lógicas con quienes opuestos al orden, reaccionan a veces en contra nuestra, a ellos debo precisarles, que una persona se hace policía  cuando consciente de la necesidad de la seguridad de sus semejantes, acepta con el más profundo de sus sentimientos el respeto por las normas que rigen la convivencia social.

      De allí nace el peso con que la sociedad castiga a quienes amparándose en la majestad de ser símbolo  de la autoridad, se solapan en el prestigio de ser representantes de la ley, para socavar con sus desviadas conductas la dignidad de nuestra sagrada institución, apartaos pues, “hacedores de maldad” porque no  puede ser Policía el cobarde, ni el de relajada conducta, ni quien infame nuestro honor con perversos vicios.

Única garantía de lucha, su vida...


    En virtud de las premisas anteriores, bien hemos ganado un sitial quienes desde el seno institucional trabajamos día y noche los 365 días del año para fortalecer con nuestro sudor el progreso y desarrollo de nuestra sociedad, poniendo como única garantía de lucha la vida sin temor a perderla, siempre en aras de las defensa de la vida de nuestro prójimo, haciendo para ello a un lado el amor a nuestros padres, esposas, esposos, hijos y hermanos, pues es  más fuerte la satisfacción  de servir con dignidad, que el temor o la vacilación por el humano cariño familiar.

    Así pues, nosotros los Policías, a quienes injustamente muchas  veces se nos niega el derecho a gozar de remuneraciones justas que protejan y aseguren la existencia de nuestro núcleo familiar, estamos prestos en cada momento a responder a quienes necesiten de nuestro honroso servicio. Por esta razón al afirmar lo siguiente  creo no equivocarme,  cuando la amenaza acecha al más común de nuestros hermanos o al más encumbrado ciudadano, en ese trance siempre se les viene a la mente la figura de un Policía y la única razón es porque nosotros encarnamos la natural defensa ante cualquier peligro que ponga en riesgo la vida humana, los bienes públicos  o privados.

Para la sociedad, ejemplar maestros y representante de su gentilicio.


      Por consiguiente para la sociedad,  EL  POLICÍA DEBE SER EL MÁS RESPETABLES DE LOS CIUDADANOS, el más ejemplar de sus maestros y el digno representante de su gentilicio, ya que en él confluye la obligación que tiene el Estado de asegurar el Orden Público que se traduce en el desenvolvimiento de acuerdo a las normas jurídicas, el respeto a la moral y las buenas costumbres  de sus ciudadanos. 

El Policía representa el prestigio y la majestad de la autoridad.


     No obstante, la retórica nos devela una imagen simplista al referirse a un Policía, pero quienes saben de la organización social y quienes preocupados también por el desarrollo y progreso ciudadano, saben que ese hombre o mujer uniformado representa el prestigio y la majestad de la autoridad.

    Por estas razones, no en vano, quienes como yo hemos asumido y digerido la práctica y los conceptos filosóficos  de nuestra existencia institucional, a diario evocamos un pensamiento de Cicerón el cual está escrito  en una  de las paredes de nuestra Alma Mater y que sabiamente dice: “el objeto del poder es el bien, su medio el orden, su instrumento la ley y su esencia la justicia”  de ese madera de justicia sólida  estamos hechos quienes orgullosos portamos con gallardía el azul universal que nos distingue. 

Publicado el 15 de julio  de 2005 (víspera del día del policía) en mi columna Semblanza Trujillana  en la página Ciudad Capital del Diario de los Andes-Valera.


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