Historia Trujillana. Marcos Tulio Vásquez

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Marcos Tulio Vásquez.


Una vida que engrandece al gentilicio trujillano.


   En honor a la amistad entrañable que me une indisolublemente al  Profesor  Marcos Tulio Vásquez, me permito jubilosamente, pero con el más profundo sentimiento de afectuoso respeto,  hacer y presentar una breve semblanza de tan respetable trujillano. 

Maestro consumado en toda la extensión de la palabra.


   Marcos Tulio Vásquez, a quien tengo el honor de conocer desde hace más de 40 años,  es un trujillano nacido en Santa Rosa el año 1943, específicamente en el sector Pueblo Nuevo de nuestra Ciudad Capital, casado con la Profesora Beatriz,  a quien  profesa el mismo amor del primer día a más de 40 años de matrimonio, es  Maestro de educación primaria graduado en la Escuela Normal de Valera y luego graduado  de Profesor de matemática en el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio, ha ejercido el cargo  de Director del Liceo  Hilario Pisani Alselmi de Motatán, Director del Ipasme–Trujillo y Promotor de las Olimpiadas de matemática que se realizaban en Trujillo.

   Entre otros cargos que ha desempeñado, está el de Jefe se Seccional en la Escuela Granja Nacional Adolfo Navas Coronado hoy Escuela Técnica Agropecuaria, ubicada en Pampanito, donde tuve el inmenso prestigio de conocerle a finales de los años 70. Cuando entre otras cosas buenas nos enseñaba matemática. 
  
  Un Maestro consumado en toda la extensión de la palabra, su vida cotidiana  ha sido ejemplo palpable y prodigioso en todos los ámbitos en los que se ha desenvuelto  como: hijo, hermano, esposo, padre y amigo,  pero sobre todo como verdadero profesional de la docencia en la que ha alcanzado  los más altos y sinceros  reconocimientos por sus indisputables méritos y  por el amor inmenso que profesa con sencillez a su apostolado magisterial.

Talentoso cantante y romántico serenatero.


  En el ámbito cultural, el Profesor  Marco Tulio Vásquez, como talentoso cantante y músico, forma parte sustancial  de nuestro legado y  acervo popular tradicional,   junto a reconocidos y notables artistas de la talla admirable del maestro Pablo Camacaro,   con quien en sus años mozos compartió honrosamente  escenarios como cantante y romántico serenatero.   

Descolla por sus educados y galantes gestos de sensible amabilidad.


   El Profesor Marcos Tulio, como le llamamos sus alumnos y amigos, descollaba amigablemente entre sus colegas, por sus educados y galantes gestos de sensible amabilidad,  pues luego de las clases a final de la tarde, escogíamos un docente o compañero de clase para sorprenderlo gratamente con una serenata y él nos deleitaba gentilmente con sus canciones encantadoras al compás  de su mágica y armoniosa ejecución del cuatro. Además,  como deportista integrante de su equipo APULA-NURR  y el  Deportivo América, también compartía la pelotica de goma de sus estudiantes, haciendo que la vida de alumnos internos de la Escuela Granja Nacional Adolfo Navas Coronado, estuviera signada por el sentimiento de la  amistad respetuosa    y la fraternal  convivencia  y asimismo además estuviera complacida de contar con este solícito amigo, consejero afectuoso y oportuno. 

Vivo y admirable ejemplo moral.  


 Estas y muchas otras cualidades  amigables que lo distinguen,  lo han hecho   admirablemente un  vivo ejemplo moral  y un valor  representativo del genuino gentilicio trujillano, por ser un polifacético y virtuoso ciudadano, cultivador perenne y orgulloso del hermoso sentimiento de la amistad, con la cual  ha cautivado venturoso  a sus coterráneos con elevada mística y moral, su  respetable  honradez y ética ciudadana, sus dotes de cantante y deportista. 

Su  vida  enaltece nuestro gentilicio trujillano.


   El Profesor Marcos Tulio Vásquez, no acostumbra alardear, ni presumir de su indisputable talento, pero su  vida ejemplar  está hecha para enaltecer dignamente nuestro emblemático  gentilicio trujillano, por su cariñosa sencillez junto a su  afable humildad conjugada con su intachable probidad  e ingenio artístico y  didáctico, con el cual   hace de su amable y cálida expresión franca   una lección elocuente digna de llamarlo maestro.


Publicado el viernes 9 de septiembre de 2005 en mi columna Semblanza Trujillana  en la página Ciudad   Capital del Diario de los Andes-Valera.


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