Rafael María Urrecheaga

Conozca al  Trujillano de Dimensión y Prestigio Universal. 

 Rafael María Urrecheaga

  La respetable dimensión y prestigio universal de este insigne sabio  trujillano nacido en la Mesa de Esnujaque el 20 de agosto de 1826, hijo de Domingo Urrecheaga y Juana de la Torre, no ha sido divulgada con las debidas honras que merece, si consideramos el fecundo ingenio de su trabajo científico que  aún tiene vigencia.  

Inventor de la navegación aérea.

  Basta para nuestro orgulloso gentilicio trujillano, significar el hecho de ser él el inventor de la navegación aérea con la aplicación  del principio de Arquímedes de este notabilísimo invento se aprovecharon los hermanos Wrigth, el año 1903  en los Estados Unidos y son ellos quienes aparecen como los inventores de los aeroplanos, dando inicio así a la era de la aviación.

Políglota y Polígrafo versátil.

    Su gran capacidad profesional lo llevó  a ser  considerado con admiración en las instituciones científicas de Londres, sobre todo en las áreas de matemáticas, además del castellano logró dominar los idiomas griego, latín, francés y alemán, gracias a su gran versatilidad lingüística tradujo el “Canto Guerrero Cuicas” y publicó unas ideas sobre la ética en el periodismo, ideo la carretera que otrora unió a Puente Machado  en Trujillo con Motatán y Valera, entre otros aportes a nuestra cultura, se le debe el estudio histórico de la lengua Timotocuicas y de los Muku-Kuicas.

Mora en el reconocimiento  a su  inmenso prestigio científico e  intelectual.

    

  Rafael María Urrecheaga, fue Director del Colegio General de Varones, hoy Liceo Cristóbal Mendoza en Trujillo Capital, las instituciones culturales y educativas están en mora con las nuevas generaciones al no reconocer el inmenso prestigio científico e  intelectual    de este trujillano, cuya mayor riqueza fue su inagotable  dedicación a sus invaluables aportes a la ciencia universal  a la historia regional y nacional, que lo configuran como bastión y baluarte  de las generaciones futuras, por lo  que  bien deben ser exaltadas sus egregias  cualidades  para resaltar  prodigiosamente los valores morales y éticos de nuestros estudiantes y profesionales.

  El gran inventor trujillano expiró el 21 de agosto de 1907 a los 81 años, en su pueblo que nunca abandonó,  cerrándose así un ciclo vital para ciencia universal que tuvo en Rafael María Urrecheaga, el más preclaro exponente.  Para el orgullo y la grandeza del gentilicio trujillano, nuestro noble pueblo contó durante su vida con uno de los hijos más idóneos y entregado a su engrandecimiento moral, científico e intelectual. 

Publicado el viernes  02  de septiembre de 2005 en mi columna Semblanza Trujillana  en la página Ciudad Capital del Diario de los Andes-Valera.