Amelia Orellana
Artista Popular
Con
un presente lleno de hidalguía, labra
el futuro de su pasado con su trabajo creativo.
Mi resuelto ánimo dispuesto
a contribuir modestamente con la divulgación del trabajo prodigioso de quienes a veces ocultos, hábilmente
obedecen con humildad, pero con
valor al impulso místico de su espíritu
sensible, bondadoso y creador, me ha traído a mirar dentro de mis propias
raíces y encontrar en ellas el influjo
inmenso de esa portentosa carga de
sensibilidad, bondad y creatividad como herencia, fluyendo en silencio y construyendo historias sin afán, con
multicolores esfuerzos llenos de ejemplos, es decir; labrando el futuro de su
pasado con un presente lleno de hidalguía, pintando la vida con el color de los
sueños que no se han soñado, porque
ellos son la misma vida con sus propios
ardores humanos. De esa fina filigrana artística y vigoroso
temple humano y fuerte a la vez,
de espíritu bondadoso y creador está
hecha mi hermana Amelia.
Una mujer trabajadora, nacida
del vientre sagrado de mi misma madre y recibida en los
brazos de mí mismo padre, de la mano de
Dios y de una comadrona bajo el techo amoroso del hogar de nuestra
abuela en la población de Santa Ana de Trujillo el 3 de septiembre del año 1960. Una vez Cumplida por mi madre la rigurosa cuarentena
de parturienta, regresó a la casa que ha sido por más 70 años nuestro hogar materno ubicado en Aguas Calientes del municipio
Miranda y desde aquí el sitio, los
hechos y el personaje de esta semblanza trujillana.
Al calor recio y
amoroso de mi mamá Mercedes y de mi papá
José Gregorio (Gollo) transcurrió felizmente nuestra infancia, entre la original vida campesina
adornada por el secreto rumoroso del encanto sublime de una familia, cuya única
riqueza es la honestidad, la humildad verdadera la del corazón, la amistad y la fe en Dios.
Ya casi en las postrimerías
de nuestra niñez fuimos a la escuela que distaba unos tres kilómetro, camino que transitamos durante
seis años, los ardores de la vida, puso a cada uno de nosotros un signo como
fortuna y también nos hizo padres y madres y a mi hermana Amelia, la hizo madre
de tres hijas a quienes ha entregado su vida, y, ese mismo ardor de la vida, le
ha regalado el don de ser también creadora de muñecas de tela por más 30 años
Las muñecas de Amelia, una ingenua
alegría en sus expresivos gestos.
A la luz afectuosa de su
espíritu bondadoso y creador como primacía de sus creaciones, las muñecas
creadas por Amelia, reflejan en su típica
estampa viva y en su delicada complexión, la ingenua alegría y el misterio de los seres creados para trasmitir sus encantos
con afectuosos y expresivos gestos. Por
lo que de ropa nueva vestida, cada muñeca de Amelia, es una
invitada creación a la compañía de la
vida de los niños o el festón pintado que adorna y da vida con el color de los
sueños al espacio más preciado del hogar
de una familia.
Sus muñecas son su misma vida con sus propios ardores humanos.
Aunque por esos ardores de
la vida humana, que he venido refiriendo en esta semblanza, Amelia ha hecho su vida con las muñecas, por
esta razón a veces es difícil encontrar
la línea que pudiera dividir la criatura del creador, pues ella misma dice, que
no le gusta decir “vendí una muñeca”
sino que al contrario dice “se me fue una
muñeca” ni tampoco le gusta decir ni que digan que ella fabrica muñecas, sino
que ella crea muñecas, (tal vez yo carezca de credenciales para realizar análisis científicos de estas
expresiones) pero con tan propias y naturales manifestaciones claras del apego
a sus muñecas, logré entender que sus
muñecas son su misma vida con sus propios ardores humanos.
Mis muñecas son yo misma con todas las alegrías del mundo por dentro.
Es
lírico apreciar cualquier referencia que Amelia haga de sus creaciones, ella en
cada palabra pronunciada viste de vida su obra artística y le atribuye sentimientos con los que
comparte su propia vida. Dada esta transfiguración, me atreví a preguntarle que
siente ella cuando está creando una muñeca y me respondió “siento que soy yo misma que me estoy haciendo, llevando
conmigo todas las alegrías del mundo,
por eso a mis muñecas cuando ya están creadas les digo, vayan a conquistar el
mundo, ustedes son cautivadoras, enamoradoras, están bellas y las bailo como nos bailaba mi mamá cuando estábamos
chiquitos”.
Vive el mundo mágico de su espíritu creativo y soñador.
Luego
de aquellas emotivas referencias, quise sacarla
del mundo mágico de su espíritu creativo y soñador con otra pregunta
terrena y le dije - ¿Amelia se te venden
mucho tus muñecas, verdad? Y me dijo –
“yo no las vendo, Ramón, ellas se me van
a cumplir lo que yo les pido, conquistar el mundo”. Como no logré arrancarla de su mundo, le hice
otra pregunta, --mira Amelia ¿con quién se te van tus muñecas? Y me respondió --Pues mira Ramón, quienes más
se la llevan son los hombres y si se la va a llevar una mujer, siempre le pide
opinión al hombre o los niños que la acompañan y yo sé que es porque mis
muñecas son cautivadoras y enamoradoras.
Amelia la de las muñecas y las muñecas de Amelia.
Ante
mi insistencia con las preguntas, me dijo, -- ¿por qué queréis saber tanto de mis muñecas? y tuve que
confesarle que yo quería escribir algo sobre ella y sus muñecas y me respondió
--- “a bueno, escríbalo”, y continué haciéndole más preguntas, como estas,
¿Amelia cómo fue que decidiste sacarlas para mostrarlas? y me dijo – “al
principio todas nosotras las hermanas
queríamos hacer muñecas al mayor para venderlas y teníamos muchas, pero fue
Maro (Maro es Aldemar, nuestro hermano menor)
el que me hizo sacarlas a la orilla de carretera y me le hizo una
casita, eso hace como 30 años. (Claro que todas estas versiones yo las conozco,
pero yo quería escucharlas de su boca)
Su arte es ella misma alegrando y animando a los niños.
Como
ella ya sabía lo que yo pretendía, le
hice otra pregunta ¿Qué te dice la gente que se las lleva? – “que les gustan
porque son cariñosas y hubo una señora y un señor que mensualmente se llevaban
una para enviarla a Italia a una nieta de ellos y otros viajeros se la han
llevado para Brasil y Colombia, otras me han llamado desde Caracas
porque van a viajar para acá y quieren llevársela de recuerdo de su viaje, aquí vienen a
buscarlas también cuando la gente tienen niños enfermos en el hospital porque se ha dicho que mis muñecas animan
mucho a los niños y los alegran. Luego de escuchar a mi hermana Amelia hablar
con tanta pasión de lo que hace, le dije
-- ¿alguien ha venido a decirte que tú eres una artista? Riéndose me dijo
--“artista yo, si yo lo que hago es
hacerme a mí misma en cada muñeca y
luego me dijo – hace muchos años vinieron unos de un canal de televisión que
se llamaba Puma Tv y me entrevistaron,
pero yo nunca pude verme en televisión aunque en Aguas Calientes, me dijeron que me pasaron por
televisión. (Aguas Calientes es el centro poblado o caserío, de donde
somos nosotros, hoy parroquia Aguas Calientes)
Mis muñecas yo las creo con mis manos, pero les pongo mi corazón.
Siguiendo
con la conversación, le dije – Amelia aquí en Trujillo hacer muñecas es como
una tradición y se me ocurre preguntarte esto --¿hay otras mujeres o familia de
aquí que hagan muñecas? A lo que me respondió, “una vez vinieron unas mujeres de
Aguas Calientes y se llevaron unas muñecas, ellas lo que querían era copiar
el modelo, yo les dije que si querían yo
las enseñaba, pero ellas lo que sentían era que a mí me salían mucho, pero no
lograron hacer nada”, — ¡ah! ¿Y eso sería por qué? “ah porque mis
muñecas yo las creo con mis manos, pero les pongo mi corazón”. Y siguió diciéndome, “aquí en el estado
Trujillo hay muchas mujeres que hacen muñecas bonitas y les ponen nombres; que
si andinitas y otros nombres, pero las hacen de trapos viejos y las rellenan
con trapos viejos también, yo no les
pongo nombre porque mis muñecas soy yo
misma, ni las creo, ni las relleno con trapos viejos, porque a nadie que se
siente vivo, le gusta andar mal vestido
ni destrozado por dentro y menos para salir a que lo vean los demás”. --¿Y
entonces con que las haces? –con tela nueva y relleno fino porque ellas son muy
pretenciosas y coquetas.
Mis muñecas son yo y yo soy ellas, porque ninguna estamos muertas.
Como
yo también he sentido pasión por lo que hago, y la sentí tan animada hablando
de sus muñecas, luego de un breve y meditado silencio, le dije; –
Amelia usted habla de sus muñecas como si fueran gente viva y me dijo – “bueno
ya te dije, que ellas son yo y yo soy ellas, porque ninguna estamos muertas”.
Continuó diciéndome, --“te digo algo, una vez un señor, pasó y se regresó, era
ya de noche, porque quería llevarse una muñeca y yo ya las había guardado y me dijo yo vi ahorita
todas sus muñecas puestas ahí, por eso me regresé, otro le dijo a Marange (Marange es nuestra
hermana) que como hacíamos para que la muñeca grande que estaba en el porche se
la pasará bailando y usted sabe que nosotros no tenemos muñecas grandes que
bailen solas”.
Sus vagares inspiradores y sublimes la sumergen en las profundidades de su íntimo cielo creativo.
Como
ya andaba de nuevo sumergida en las profundidades de su íntimo cielo, quise de
nuevo abstraerla de los vagares inspiradores y sublimes de su mundo mágico
de las muñecas y para que tocara tierra,
le pregunté -- ¿Cómo ha afectado la crisis actual a tus muñecas? “Mira para mis
muñecas, no hay crisis, en estos días las saqué y les deje allá en la casita,
como no había salido ninguna, baje y las regañe y les dije que si no salían, las
iba a meter de nuevo y de una vez se me fue una”.
Su creación artística revela los expresivos símbolos de la realidad humana.
Luego
le hice otra pregunta, pero antes le dije, Amelia para mi tú eres una artista,
así como un poeta hace una poesía y quiere que su poema lo describa, o
describir algo de otra persona o de otra cosa,
así como un pintor hace un cuadro y pinta en él todo lo que siente o
cree que sienten los demás o el que hace una canción quiere contar su vida o la
vida otra persona en ella, --si yo te pidiera que hicieras a la
Venezuela de hoy como una muñeca con
esta madre crisis que estamos viviendo, ¿cómo la harías? – “¡Uy! Artista yo, bueno, mis muñecas todas son unas
guerreras, pero no protestonas” -- ah está bien le dije, pero usted me dijo que
sus muñecas
eran muy pretenciosas y coquetas, cautivadoras y enamoradoras y ahora me dices
que son unas guerreras.--- ¿entonces como son? Le dije, ella respondió --aquí
vienen a buscarlas a veces cuando los hombres se disgustan con la novia o
con la esposa para volverlas a
conquistar o reconciliarse con
ellas o para contentar las niñas, por
eso yo digo que son guerreras para conquistar corazones y buenos
sentimientos.
Amelia es una Artista Popular que hace de la realidad su creación mágica.
Con
muchas más anécdotas que se quedaron pendientes por contar en esta semblanza de mi hermana Amelia del
Carmen Orellana Zambrano, una mujer cuya
vida ha transcurrido al lado de mi
familia, en ese tranquilo y cálido sector fundado y bautizado por mi padre como
Bella Vista, ubicado a la margen
derecha de la carretera panamericana en la vía que conduce de Agua Viva hacia
Barquisimeto. He de concluir modestamente, sin pedantería pero muy orgulloso,
diciendo que mi hermana Amelia es una Artista Popular que con su
trabajo creativo está labrando el futuro de su pasado, con un
presente lleno de hidalguía. Además representa
nuestra ancestral herencia de pintar la
vida con el color de los sueños que no hemos soñado, porque son la misma vida nuestra con sus propios ardores humanos.
2 comentarios:
Saludos Sr Ramón
Que bonita forma de resaltar el orgullo que siente por su hermana!!! Excelente 👏🏻 felicidades
Qué hermoso relato, cada cultor y artista popular encierra en sus creaciones la magia y la ingenuidad que se propagan a través del mundo en cada obra, gracias Ramón por mantener vivas nuestras tradiciones en tus relatos y a amelia por cultivar esa bella tradición andina, !!fabricante de muñecas, creadora de ilusiones!!
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